Esta isla, Tenerife, me llegó muy adentro, y no creo que fuera sólo porque me pillara en un momento de bajón, sino porque tiene una magia sin igual.
La mayoría de las veces no sabía exactamente el nombre del lugar en el que estaba, pero tampoco necesitaba saberlo, era feliz simplemente con saber que seguía en la isla.
En un principio, lo que te impresiona es el mar
Podrías estar horas viendo cómo rompen las olas
¿ Y qué hacía este gatito entre las rocas del mar, no se supone que huyen del agua?
Con el mar de fondo, qué bonita estampa
Pero vaya con las zonas montañosas, te dejan también sin habla
La flora de la zona
Mis flores preferidas
Zonas urbanas
Y cuando ya te quedas sin aliento, es al contemplar el Teide y sus alrededores; sacados de otro planeta
Pero las fuertes lluvias y el mal tiempo no dejaron que conociéramos ni la mitad de la isla, así que volveremos...
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